Desde abajo, casi motor a tierra.

 

Desde abajo, casi motor a tierra

Miré tus grandes, negros ojos, tus enormes manos

En mi carcasa, en mis puertecillas.

Y de pronto me tomas y me arrastras

Por carreteritas de barro, tan lisas y bellas

Que siento que me deseas.

Y mis llantas no son de hule

Sino del color y textura de tus ojos.

Que mi carcasa no es de aluminio

Sino del color y sabrosidad de tus labios.

No me hablas, haces sólo ¡run, run!.

Te diviertes cual niña cuando subes

Tus graciosas muñequitas en mi cajón

Y me arrastras rumbo al río ficticio,

Pequeño, agua al cielo

Que corre por tus venas

Que vislumbran mis focos

Antes faroles sin quebrar.

Y mis llantas no de hule, color de tus ojos

Se perpetuán en el marecillo,

Antes pequeño río, agua al cielo,

Que son tus venas.

Hoy domingo, día sin circular,

Me estacionas en casa

Me abandonas a la niebla de mi cochera

A la pulcritud de mi pereza, no me tocas

No te acuerdas que mi motor,

estático motor cuando no me besas,

Necesita del ¡run, run! Y de la sabrosidad de tus labios.

Engel Islas. 03-Julio-2011

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